Es muy difícil encontrar una dieta ideal para alimentarse bien. Los seres humanos estamos acostumbrados a ciertas rutinas que obedecen más que nada a la forma en que está organizada la sociedad que pensando en lo que es más conveniente para el organismo. Lo clásico es que se dividan las principales comidas del día en desayuno, almuerzo y cena.
En algunos países se agrega la merienda, que en Chile es tomar la "once" y en algunas regiones de Colombia se llama tomar "las onces", que sería una variante del "five o'clock tea" de los ingleses.
El desayuno es considerado como la comida más importante del día pero en muchos países lo es la cena, algo totalmente contraproducente, porque en la noche el organismo debe trabajar lo menos posible en la digestión de alimentos. El riesgo es que gran parte del alimento ingerido se transforme en exceso de grasas en nuestras reservas, puesto que no quemamos muchas calorías mientras estamos durmiendo como cuando estamos realizando trabajos fisicos. Los excesos de grasas originan muchas enfermedades como la obesidad, la diabetes y muchas otras.
He seleccionado dos páginas importantes sobre el desayuno, aunque no existe una página ideal que respete las ideas de quienes evitamos los lácteos o de quienes no consumen productos de origen animal. Todas las dietas odedecen a ideas tradicionales, fomentadas muchas veces por las grandes industrias, como son las que procesan lácteos o carne:
El mejor desayuno es aquel que incluye frutas. Estas se pueden ingerir de muchas formas: crudas, hechas zumo o cocidas. Lo mejor es comer la fruta cruda, en trozos. El zumo es una buena opción, siempre que no se le agregue azúcar u otros endulzantes. La fruta cocida, como las peras y las manzanas, pierden vitaminas en la cocción pero mantienen muchas otras propiedades (VER SUS PROPIEDADES: MANZANAS - PERAS). Los frutos secos también son una buena opción. Un complemento indispensable son cereales no elaborados, como la avena, chia, linaza, quínoa y otros. Los cereales se pueden preparar cocidos o remojados. Se los puede comer solos o con miel. Conviene evitar el azúcar y cualquier tipo de cereal elaborado (VER).
Las mejores frutas para un buen desayuno son los cítricos (VER), como la naranja, mandarina, pomelo, lima y limón. Pero también se pueden consumir una gran variedad de otras frutas como el kiwi, la papaya (lechosa), fresas, banana, arándanos, piña (ananás) y muchas más.
Las mejores frutas para un buen desayuno son los cítricos (VER), como la naranja, mandarina, pomelo, lima y limón. Pero también se pueden consumir una gran variedad de otras frutas como el kiwi, la papaya (lechosa), fresas, banana, arándanos, piña (ananás) y muchas más.
También se puede incluir pan integral u otro tipo de pan en pequeñas cantidades. El huevo también es un buen complemento, por sus grandes beneficios y su aporte en proteínas (VER). Debido al riesgo de que gérmenes patógenos atraviesen la cáscara del huevo, conviene comerlo siempre cocido o frito. La mejor forma de prepararlo es cocido. Algunas personas los prefieren duros, para lo que deben hervir mínimo 5 minutos. Otras personas los prefieren blandos (a la copa), para lo que basta con 3 a 4 minutos. La peor manera de comerlo es frito (VER). Lamentablemente es la forma más común de comerlos y hay gente que come varios huevos fritos en cada desayuno, una verdadera bomba para el organismo.
Para obtener proteínas y grasas también convienen pequeñas raciones de jamón cocido o serrano. No es conveniente comer jamón ahumado (VER). Para quienes no comen productos porcinos, la alternativa es pescado en distintas variedades o el pollo. Las personas que son vegetarianas o veganas, pueden obtener proteínas de los cereales y algunos frutos secos, especialmente higos (VER) y dátiles (VER).
Conviene evitar el consumo de sabrosas mermeladas, galletas, tartas o toda esa serie de productos de repostería, por su gran cantidad de hidratos de carbono y azúcar, causante de muchas enfermedades por consumirse en exceso.
Los lácteos, tan promovidos por grandes empresas, médicos, dietistas y nutricionistas conservadores, no son necesarios, puesto que todas las proteínas, vitaminas y minerales se encuentran en los granos, frutas y verduras. En gran parte de la población, los lácteos originan muchas enfermedades, aunque la gente no está consciente del origen de ellas. Antes he escrito sobre esto en otros artículos de mis blogs pero creo necesario volver a insistir en esto. Los lácteos son absolutamente innecesarios para la alimentación de los seres humanos. A continuación algunos enlaces a páginas y blogs en las que se explica por qué:
Si queremos tener una vida sana conviene reflexionar sobre la forma en que nos alimentamos, sobre todo al ingerir la primera comida del día, después de haber descansado durante la noche sin haber ingerido otros alimentos -obviamente- durante ese descanso. Conviene evitar todos los productos nocivos, aunque los gobiernos y autoridades sanitarias los recomienden. Todo se debe a una gran equivocación y a la influencia de grandes empresas que sólo son dirigidas para obtener ganancias económicas. Las empresas farmacéuticas y las clínicas médicas se benefician en forma indirecta de esos errores.
Ayude a difundir este blog, contribuyamos todos a una buena salud física y mental de toda la gente.
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Para obtener proteínas y grasas también convienen pequeñas raciones de jamón cocido o serrano. No es conveniente comer jamón ahumado (VER). Para quienes no comen productos porcinos, la alternativa es pescado en distintas variedades o el pollo. Las personas que son vegetarianas o veganas, pueden obtener proteínas de los cereales y algunos frutos secos, especialmente higos (VER) y dátiles (VER).
Conviene evitar el consumo de sabrosas mermeladas, galletas, tartas o toda esa serie de productos de repostería, por su gran cantidad de hidratos de carbono y azúcar, causante de muchas enfermedades por consumirse en exceso.
Los lácteos, tan promovidos por grandes empresas, médicos, dietistas y nutricionistas conservadores, no son necesarios, puesto que todas las proteínas, vitaminas y minerales se encuentran en los granos, frutas y verduras. En gran parte de la población, los lácteos originan muchas enfermedades, aunque la gente no está consciente del origen de ellas. Antes he escrito sobre esto en otros artículos de mis blogs pero creo necesario volver a insistir en esto. Los lácteos son absolutamente innecesarios para la alimentación de los seres humanos. A continuación algunos enlaces a páginas y blogs en las que se explica por qué:
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