Como he dicho antes, la composición de una sociedad, ya sea del pasado como actual, nos ha acostumbrado a dividir nuestra alimentación en tres o cuatro comidas diarias. La primera comida es fundamental, el desayuno. La otra comida importante y para muchos la de mayor importancia y que debe ser contundente, es el almuerzo. Nuevas costumbres están desplazando al almuerzo entre gente joven y lo van dividiendo en dos o más sesiones. También hay gente que se salta completamente el almuerzo y otras sesiones y come fundamentalmente por la noche. Vamos a aceptar dos formas, la del almuerzo según las costumbres milenarias y la división en dos sesiones de mediodía (y media tarde), con un intervalo de tres o cuatro horas.
1.- Almuerzo.
Esta comida no tiene por qué ser abundante. Ninguna comida lo debe ser. Nuestro organismo necesita una cantidad limitada de alimentos, lo suficiente como para tener un buen metabolismo (ver más abajo). Para quienes no somos vegetarianos, podemos incluir una pequena ración de carne o pescado. La carne debe ser preferentemente de pollo o de vacuno. La menos recomendable es la de puerco, aunque por la facilidad con la que se crían los cerdos y su bajo precio, es más asequible en casi todos los países del mundo. Lo negativo es que la carne porcina tiene mucha grasa. Pero si la porción de esta carne se limita lo más posible, también podemos incluirla. Por supuesto que hay muchas otras variantes, como los mariscos, la carne de oveja, de conejo y de otros animales.
También es conveniente incluir una pequeña porción de arroz y otros cereales, patatas o pasta. No conviene mezclar estas tres cosas. Así se puede variar para ingerir cada uno de esos alimentos sólo una o dos veces a la semana.
La mayor parte de nuestro almuerzo debería ser verduras de distintas variedad, algas como el cochayuyo, alga nori, wakame, kombu y spirulina.
Por supuesto que podemos incluir las legumbres como la lenteja, frijol, arveja (guisante) habas o habichulenas y muchos otros.
2.- Dos o tres sesiones de mediodía.
En lugar del almuerzo, perfectamente se puede dividir la dieta en dos o tres comidas de mediodía. La primera de un par de horas a tres horas desde el desayuno. Puede ser la mitad de la cantidad de lo que se utiliza para un almuerzo. Unas tres horas más tarde se puede comer algo similar pero en menor cantidad. A media tarde se puede incluir otra comida liviana, antes de la cena.
Para que nuestro metabolismo funcione de forma ideal es mejor comer varias veces al día, en pequeñas porciones que sólo unas dos o tres veces, en abundancia. Nuestro organismo trabaja menos en el proceso de digestión, lo que implica menos cansancio y se alcanza a quemar las energías necesarias en un tiempo conveniente. Para entender esto deberíamos leer lo que los expertos en nutrición nos pueden entregar. A continuación, algunos enlaces:
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