UNA BUENA FORMA DE AHORRAR DINERO Y DE CONTRIBUIR A CUIDAR EL AMBIENTE
Imagínese usted lo hermoso y agradable que sería si nunca tuviéramos que sentir el hedor de comida descompuesta que sale de todos los basureros del mundo, desde que las basuras salen de nuestras casas hasta que llegan a los vertederos. Muchas veces esos olores son insoportables, cuando nuestras fosas nasales son invadidas por millones de partículas provenienntes de la descomposición de carne, pescado, frutas y verduras. Además de eso ya sabemos el efecto que producen al aumentar la proliferación de moscas, ratas y otros animales que pueden propagar todo tipo de enfermedades.
¿Cómo podemos contribuir a disminuir las molestias que ocasionan las basuras? Ya sabemos que en muchos países las basura se reciclan en mejor forma si se clasifican en distintas categorías. Pero el reciclaje no funciona bien en todas partes. Y donde mejor funciona hay muchas deficiencias porque hace falta concienciar a la gente de su necesidad.
Ustedes y yo podemos hacer algo por mejorar esa situación. Aparte de echar los residuos en los distintos contenedores que hay a nuestra disposición -si tenemos la suerte de vivir en una ciudad en la que esos contenedores existen- podemos tomar algunas medidas que pueden ser muy útiles (si no hay contenedores de reciclaje, igualmente lo podemos hacer). Al mismo tiempo podemos obtener nuevas y sanas formas de alimentación.
Quisiera resumir el trabajo en tres partes:
1.- Congelación de muchas verduras y frutas.
2.- Congelación de la cáscara (corteza, caparazón, piel) de muchas frutas.
3.- Secado de cáscara de algunas frutas.
¿Qué se consigue con esto?
1.- En primer lugar, al congelar las frutas y verduras se ahorra mucho dinero. No siempre se pueden guardar por mucho tiempo, ni siquiera en la nevera (refrigerador, frigider). Cuando estos productos son frescos y están a muy bajo precio (en la mayoría de los países muchos son de temporada) vale la pena comprar en relativamente grandes cantidades. No todos los vegetales se pueden congelar, pero sí la gran mayoría. Muchos de estos productos se pueden comprar en los supermercados o negocios especializados. Pero es más barato congelar en casa. Además, se puede congelar cosas que no se encuentran congeladas en negocio alguno. Muchos vegetales se pueden congelar crudos pero también se pueden congelar cocidos. Hay muchas formas en las que se puede variar. tabién se puede congelar los zumos de muchas frutas.
2.- En lugar de tirar a la basura las cáscaras de muchas frutas, también se pueden congelar. En las cáscaras hay tantas o mejores propiedades nutricionales y/o medicinales que en la pulpa. Un buen ejemplo son las cáscaras de sandía, que tienen propiedades especiales que poca gente sabe. Pasa lo mismo con la cáscara de naranja y limón.
3.- Otra forma de ahorrar dinero y mejorar el ambiente es aprovechar las cáscaras de fruta al secarlas. Se aprovechan para preparar alimentos e infusiones. Muchas de ellas también se pueden utilizar para curar heridas o para muchos otros problemas de salud.
Gracias a estas formas de conservar los vegetales se pueden aprovechar al máximo, eliminando residuos o sobrantes. Con respecto a las cáscaras secas, si se acumulan en demasía siempre se pueden utilizar como mantillo (abono orgánico) si se tiene jardín o se cultivan plantas en macetas o mesas de huerto. En última instancia, si se desechan como basura ya no contaminan como cuando no están secas, al descomponerse.
En estas dos imágenes se puede ver algunos de los vegetales que yo he congelado o secado. Tengo más de 50 vegetales distintos, además de algas y otros productos. Nada se pierde.
Estas formas de economizar y proteger el ambiente son válidas para todas las familias. Pero cuando se vive solo o la familia es muy pequeña se logra mayor rendimiento. En esos casos se puede congelar todo en muy pequeñas porciones, lo que permite variar mucho la alimentación y además combinar muchos productos. Se puede mezclar, por ejemplo, zanahoria con cáscara de sandía, para hacer zumo. Las formas de variar son innumerables. Podemos convertir un congelador en una verdadera "Caja de Pandora" alimenticia, que nos permite hacer todas las combinaciones posibles para alimentarnos en forma sana.
CÓMO LEER MIS BLOGS
Ustedes y yo podemos hacer algo por mejorar esa situación. Aparte de echar los residuos en los distintos contenedores que hay a nuestra disposición -si tenemos la suerte de vivir en una ciudad en la que esos contenedores existen- podemos tomar algunas medidas que pueden ser muy útiles (si no hay contenedores de reciclaje, igualmente lo podemos hacer). Al mismo tiempo podemos obtener nuevas y sanas formas de alimentación.
Quisiera resumir el trabajo en tres partes:
1.- Congelación de muchas verduras y frutas.
2.- Congelación de la cáscara (corteza, caparazón, piel) de muchas frutas.
3.- Secado de cáscara de algunas frutas.
¿Qué se consigue con esto?
1.- En primer lugar, al congelar las frutas y verduras se ahorra mucho dinero. No siempre se pueden guardar por mucho tiempo, ni siquiera en la nevera (refrigerador, frigider). Cuando estos productos son frescos y están a muy bajo precio (en la mayoría de los países muchos son de temporada) vale la pena comprar en relativamente grandes cantidades. No todos los vegetales se pueden congelar, pero sí la gran mayoría. Muchos de estos productos se pueden comprar en los supermercados o negocios especializados. Pero es más barato congelar en casa. Además, se puede congelar cosas que no se encuentran congeladas en negocio alguno. Muchos vegetales se pueden congelar crudos pero también se pueden congelar cocidos. Hay muchas formas en las que se puede variar. tabién se puede congelar los zumos de muchas frutas.
2.- En lugar de tirar a la basura las cáscaras de muchas frutas, también se pueden congelar. En las cáscaras hay tantas o mejores propiedades nutricionales y/o medicinales que en la pulpa. Un buen ejemplo son las cáscaras de sandía, que tienen propiedades especiales que poca gente sabe. Pasa lo mismo con la cáscara de naranja y limón.
3.- Otra forma de ahorrar dinero y mejorar el ambiente es aprovechar las cáscaras de fruta al secarlas. Se aprovechan para preparar alimentos e infusiones. Muchas de ellas también se pueden utilizar para curar heridas o para muchos otros problemas de salud.
Gracias a estas formas de conservar los vegetales se pueden aprovechar al máximo, eliminando residuos o sobrantes. Con respecto a las cáscaras secas, si se acumulan en demasía siempre se pueden utilizar como mantillo (abono orgánico) si se tiene jardín o se cultivan plantas en macetas o mesas de huerto. En última instancia, si se desechan como basura ya no contaminan como cuando no están secas, al descomponerse.
En estas dos imágenes se puede ver algunos de los vegetales que yo he congelado o secado. Tengo más de 50 vegetales distintos, además de algas y otros productos. Nada se pierde.
Estas formas de economizar y proteger el ambiente son válidas para todas las familias. Pero cuando se vive solo o la familia es muy pequeña se logra mayor rendimiento. En esos casos se puede congelar todo en muy pequeñas porciones, lo que permite variar mucho la alimentación y además combinar muchos productos. Se puede mezclar, por ejemplo, zanahoria con cáscara de sandía, para hacer zumo. Las formas de variar son innumerables. Podemos convertir un congelador en una verdadera "Caja de Pandora" alimenticia, que nos permite hacer todas las combinaciones posibles para alimentarnos en forma sana.
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